Los árabes.

Loa a Alá, dueño del universo.

El Clemente, el Misericordioso.

Soberano en el día de la retribución.

A ti es a quien adoramos, de ti es de quien imploramos socorro.

Dirígenos por el camino recto.

Por el sendero de aquellos a quienes has colmado con tus beneficios.

No por el de aquellos que han incurrido en tus iras, ni por el de los que se extravían.

Sura Primero. Sagrado Corán.

Antes de iniciar el desarrollo de este tema, vale la pena aclarar el título, en la península arábiga, habitan comunidades que practican diferentes corrientes religiosas, como el judaísmo, cristianismo y musulmán.


Fuente: https://www.ecured.cu/Pen%C3%ADnsula_ar%C3%A1biga

El árabe musulmán se identifica con su idioma, con su religión, con su literatura, con el islam, el cual surge de los propios árabes. Los árabes[1], su historia, su actualidad, su gobierno, su sociedad, su forma de vida, depende del islam, y la historia del islam es la historia de los musulmanes (Antaki., 1989).


Antes del surgimiento del islam, los árabes eran un conjunto de tribus que hablaban diferentes dialectos, al surgir Mahoma o mejor dicho, cuando Mahoma empezó a predicar el Corán, la palabra ayudó a crear una identidad en esos pueblos, les ayudó a identificarse entre ellos. Cabe mencionar que, a diferencia de otros pueblos, en donde consideran la lengua como un desarrollo cultural de los mismos, los árabes piensan que la lengua es un invento de Dios, y que Dios les prestó la palabra (Antaki, 2016), por consiguiente, como el idioma árabe es de origen divino, luego entonces es perfecta. Derivado de lo anterior, el futuro, dentro del idioma, no existe, porque Dios es presente. El idioma árabe tiene tres tiempos simples, el madi (pasado), el madarè (en acción y presente) y el amr (imperativo) (Antaki., 1989).

Con anterioridad al surgimiento del islam, la religión que existía en la región, que hasta cierto punto se podría decir politeísta, era la Kaaba, el cual es un cubo negro, el cual estaba rodeado por más de 300 ídolos (McHugo, 2015), la Kaaba ha estado en la Meca. Siendo el destino de una peregrinación anual, la cual coincidía con un mercado importante.

La Meca es una ciudad de Arabia Saudita, con más de un millón de habitantes, aumentando una vez al año, cuando se realiza la peregrinación anual, la cual es uno de los cinco pilares del Islam (Ros, 2019).

Fuente: http://tucutap.blogspot.com/2012/09/de-que-esta-hecha-la-piedra-negra-de-la.html

Los cinco pilares del Islam, son los siguientes (Report, 2019):

  • Shahada o testimonio, es el principal precepto, en donde el musulmán acepta a Alá como único dios y a Mahoma como su profeta.
  • Salat u oración, los musulmanes tienen que rezar u orar cinco veces al día.
  • Zakat o caridad, todos los musulmanes tienen la obligación de ejercer y practicar la caridad.
  • Sawn o ayuno, en la festividad religiosa más importante del Islam, el Ramadán, los musulmanes realizan ayuno. Actualmente se tienen consideraciones para aquellas personas con situaciones especiales.
  • Hajj o peregrinación a la Meca. Los musulmanes tienen la obligación de hacer la migración, cuando menos una vez en su vida.
Fuente: https://www.pinterest.co.kr/pin/350084571016289366/

Para los árabes, esa piedra representa a un ángel petrificado que cuidaba el árbol del pan, y que Adam (Adán) lo sacó del paraíso, y como lo tocó con sus manos pecaminosas, cambio de un color blanco a un color negro. En el día de la resurrección la piedra se convertirá nuevamente en el ángel y testificará para todos los que lo tocaron con respeto y reverencia (Islam, 2018).

Fuente: https://mundoislam.com/islam/2018/08/06/piedra-negra-kaaba/

Continuando con la religión, la musulmana tiene mucha influencia de las religiones judía y cristiana, tan es así, que Mahoma, en su momento, confirmo las revelaciones que los anteriores profetas habían tenido. Por lo que es el mismo Dios, utilizando el temor hacia él, con el fin de construir un sistema moral más humanitario (McHugo, 2015).

Dentro de la religión, se busca que los musulmanes emulen la vida del profeta, la cual se encuentra plasmada en la Sunna, la cual incluye temas legales, como el matrimonio, el divorcio, herencias, contratos. La religión musulmana invade la vida pública, ya que al musulmán se le ordena orar cinco veces al día, al amanecer, al mediodía, a la media tarde, al anochecer y después de cenar (McHugo, 2015).

Como se ha comentado anteriormente, la palabra, dentro de la religión musulmana, ha sido muy importante, se menciona que Mahoma llamó a Alá utilizando 99 nombres diferentes, mencionándose que aquel que los recita de memoria es capaz de entrar al paraíso (Buendia, 2014):

  1. Allah. El único Dios.
  2. Ar-Rahmân. El todo compasivo.
  3. Ar-Rahîm. El más misericordioso.
  4. Al-Malik. El supremo soberano.
  5. Al-Quddûs. El más santo.
  6. As- Salâm. La paz y la bendición.
  7. Al-Mu´min. El fiador de seguridad.
  8. Al-Muhaymin. El guardián y protector.
  9. Al-´Azîz. El todo poderoso y autosuficiente.
  10. Al-Jabbâr. El poderoso e irresistible.
  11. Al-Mutakabbir. El tremendo e imperioso.
  12. Al-Khâliq. El creador.
  13. Al-Bâri. El fabricante.
  14. Al-Musawwir. El forjador.
  15. Al-Gaffâr. El indulgente.
  16. Al-Qahhâr. El dominante.
  17. Al-Wahhâb. El dador de todo.
  18. Ar-Razzâq. El proveedor y sustentador.
  19. Al-Fattâh. El que abre, el que da la victoria.
  20. Al-‘Alîm. El sabio y omnisciente.
  21. Al-Qâbid. El que contiene y constriñe.
  22. Al-Bâsit. El que da abundantemente.
  23. Al-Khâfid. El que da humildad.
  24. Ar-Râfi´. El exaltado.
  25. Al-Mu’izz. El que da honor.
  26. Al-Mudill. El que humilla.
  27. As-Samî. El que oye todo.
  28. Al-Basîr. El que ve todo.
  29. Al-Hakam. El juez.
  30. Al-‘Adl. El más justo.
  31. Al-Latif. El sutil.
  32. Al-Khabir. El todo pendiente.
  33. Al-Halim. El paciente.
  34. Al-‘Azim. El magnificiente, el infinito.
  35. Al-Gafûr. El que perdona todo.
  36. Aš-Šakūr. El apreciador.
  37. Al-‘Alĩ. El elevado, el más grande.
  38. Al-Kabĩr. El verdadero grandioso.
  39. Al-Hafīz. El preservador.
  40. Al-Muqīt. El que sustenta.
  41. Al-Hasīb. El que reconoce.
  42.  Al-Ğalĩl. El sublime, el majestuoso.
  43. Al-Karīm. El generoso.
  44. Ar-Raqīb. El observador.
  45. Al-Muğīb. El que responde.
  46. Al-Wāsi’. El que todo abarca.
  47. Al-Hakīm. El sabio.
  48. Al-Wadūd. El digno de ser amado.
  49. Al-Mağīd. El glorioso, el majestuoso.
  50.  Al-Bā’iţ. El resurrector.
  51. Aš-Šahīd. El testigo.
  52. Al-Haqq. La verdad.
  53. Al- Wakīl. El digno de confianza.
  54. Al-Qawwi. El poseedor de toda fuerza.
  55. Al-Matīn. El firme.
  56. Al-Walī. El protector, el que ayuda.
  57. Al-Hamīd. El que merece toda alabanza.
  58. Al-Muhsí. El contable, el calculador.
  59. Al-Mubdi’. El que inicia todo, el que da origen.
  60. Al-Mu’īd. El restaurador.
  61. Al-Muhyī. El que da vida.
  62. Al-Mumīt. El que trae muerte, el destructor.
  63. Al-Hayy. El por siempre viviente.
  64. Al-Qayyūm. El sostenedor de todo.
  65. Al-Wāğid. El observador, el que encuentra.
  66. Al-Māğid. El iluste, noble y glorificado.
  67. Al-Wāhid. El único, el indivisible,
  68. As-Samad. El inexpugnable, el eterno.
  69. Al-Qādir. El todo poderoso.
  70. Al-Muqtadir. El poderoso, el determinante.
  71. Al-Muqaddim. El que acelera y apresura.
  72. Al-Mu’akhkhir. El que atrasa.
  73. Al-‘Awwal. El primero.
  74. Al-‘Ahir. El último.
  75. Az-Zāhir. El manifiesto y victorioso.
  76. Al-Bātin. El oculto, el que rodea rodo.
  77. Al-Wālī. El patrón, el que gobierna.
  78. Al-Muta’ālī. El más elevado.
  79. Al-Barr. La fuente de bondad.
  80. At-Tawwāb. El que acepta arrepentimiento.
  81. Al-Muntaqim. El vengador.
  82. Al-‘Afū. El que disculpa, el que borra pecados.
  83. Ar-Ra’ūf. El compasivo.
  84. Mālik-ul-Mulk. El poseedor de soberanía.
  85. Dhū-l-Ğalāli. El señor de la majestad y la generosidad.
  86. Al-Muqsit. El equitativo.
  87. Al-Ğāmi. El recogedor, el que unifica.
  88. Al-Ganī. El autosuficiente.
  89. Al-Mugnī. El enriquecedor.
  90. Al-Māni. El que previene, protector y defensor.
  91. Ad-Dārr. El que causa precauciones.
  92. An-Nāfi. El propicio, el creador de lo bueno.
  93. An-Nūr. La luz.
  94. Al-Hādī. El guía.
  95. Al-Badī. El incomparable, el origen.
  96. Al-Bāqī. El incomparable, el origen.
  97. Al-Wārit. El heredero de todo.
  98. Ar-Rasīd. El guía del camino recto, el maestro infalible.
  99. As-Sabūr. El paciente.

Regresando a Mahoma, el líder religioso empezó la predicación en la Meca, por los finales de 570 después de Cristo, pero tuvo que huir a Medina, ya que atentó en contra del orden establecido, por lo que tuvo que huir a Medina. A la larga, en ese lugar, después de controlar a las tribus que habitaban ahí, lucho en contra de la Meca, dominándola y para el 632, la convirtió en el centro de la nueva religión (McHugo, 2015).

El éxito que tuvo Mahoma, en el momento de crear un estado, fue que junto a las tribus bajo los lazos de la fe. Es decir, para lograr eso, primeramente, se aceptó el principio de igualdad entre todos los musulmanes, así como la aceptación de los preceptos islámicos, lo anterior dio como resultado que todos los musulmanes, todas las tribus formaron parte de la Umma o comunidad islámica (Kobeh, 1986).

Así, aún siendo de forma primitiva, la creación del estado se basó en el islam, siendo su gobernante Muhammad, su constitución es el Corán. Siendo uno de los objetivos de este estado, del islam y del musulmán el testimonio a los hombres, ya que son intermediarios entre Dios (Alá) y la humanidad (Antaki, 2016).

El Corán fue escrito dos décadas posteriores a la muerte del profeta. Cabe mencionar que este libro tiene una característica, la primera parte se encuentra al final de este, la segunda al principio. ¿Por qué razón? Porque al momento de hacer el libro, se decidió que los capítulos más cortos se encontrarían al principio, los más grandes al final (Antaki, 2016).

Después de la muerte del profeta, los musulmanes crearon un imperio, primeramente, invadiendo a la Persia antigua y derrotando al Imperio Bizantino. Toda la parte norte de África, llegando a España, Portugal y Francia, mientras que al este invadieron Irak, Persia, Afganistán, Turquestán, Pakistán, parte de India (Kobeh, 1986).

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En el 657, se da la gran división musulmana, en una batalla, por el dominio del imperio, entre Alí Ibn Abi Talib, primo yerno del profeta y Muawiya, quien fue el secretario del profeta. El primero perdió la batalla y de ahí se formó la comunidad de la Chi’a o Chi’at (la comunidad de Ali), el segundo formó el imperio umaya y la ortodoxia todo poderosa, la Sunna (Antaki., 1989).

Fuente: https://www.razon.com.mx/mundo/que-diferencia-hay-entre-sunitas-y-chiitas/

Durante el dominio musulmán, se desarrolló el conocimiento, la cultura, las matemáticas, gracias a que las poblaciones que se encontraban, en lo que ahora es Siria, ya tenían los conocimientos de los griegos y romanos, y tradujeron toda esa cultura al árabe; la ciudad de Bagdad se convierte en la ciudad del conocimiento. Dicho periodo se le conoce como el “periodo de las luces” (Antaki., 1989).

Entre los años de 1050 y 1258, el imperio musulmán sufrió tres invasiones mongoles, las cuales destruyeron, entre otras cosas, la celebre biblioteca de Bagdad, destruyendo así la cultura, el conocimiento y el desarrollo del imperio (Antaki., 1989).

Los mongoles fueron detenidos por el ejército de mamelucos, quienes eran esclavos turcos entrenados, que posteriormente tomaron el poder de Egipto, y del imperio posteriormente. Los mongoles se convirtieron, al pasar de los años, al islam (McHugo, 2015).

Así mismos, los mamelucos expulsaron a los cristianos europeos de la tierra santa en sus famosas cruzadas (McHugo, 2015).

Conquista de San Juan de Acre.

Fuente: https://cadenaser.com/programa/2018/04/18/la_ventana/1524069720_661177.html

Los turcos otomanos, quienes en un principio eran esclavos, posteriormente fueron mercenarios y al último tomaron las riendas del mundo islámico, construyendo las estructuras de un Estado sólido. Para 1453 conquistaron el imperio Bizantino, invadieron Persia, Egipto y lo que ahora es Arabia Saudita, con las ciudades santas de Medina y la Meca (Kobeh, 1986).

Fuente: https://mundoantiguo.net/imperio-otomano/

A finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, el imperio Otomano no pudo detener el incremento de la influencia europea sobre la región, derivado de las revoluciones sociales e industriales que se vivieron en ese continente, el poderío, el desarrollo cultural, tecnológico, comercial y militar sobrepasaba a este Imperio (Kobeh, 1986).

Los países europeos también llevaron a la región el concepto de nacionalismo, el cual empezó a causarle problemas al Imperio Otomano, en la región de los Balcanes como en Egipto (McHugo, 2015).

En 1870, derivado de una crisis económica en el Imperio Otomano, surgieron revueltas de cristianos en los Balcanes, los cuales fueron aplastados por los otomanos, sin embargo, eso provocó el enojo y la invasión de Rusia, defensora de los cristianos ortodoxos en la región. Los rusos se apropiaron de territorios otomanos, así como el Imperio Otomano tuvo que otorgarles independencia a regiones de los Balcanes (McHugo, 2015).

Fuente: https://diario-octubre.com/2017/07/16/las-guerras-del-caucaso-2-la-guerra-ruso-turca-de-1877/

En el siglo XIX, la región musulmana ya sufría el colonialismo europeo, por una parte, el Reino Unido controlaba Egipto, el Golfo Pérsico, Rusia se expandía al sur de sus territorios, a costa del Imperio Otomano y Francia controlaba Argelia, Túnez y Marruecos (McHugo, 2015).

Durante la primera década del siglo XX, el Imperio Otomano se enfrentaba al resurgimiento del nacionalismo árabe, hostigado, tanto por el Reino Unido como por Francia, quienes buscaban controlar a estos pueblos por dos motivos, el primero de ellos, el político, primero aliados contra el Imperio Otomano, a su vez, en contra de Alemania, y después contra los rusos, y el otro, el económico, para controlar el petróleo de la región (Martínez, 2006).

Al iniciarse la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano dudaba entre la alianza con el Imperio Alemán o la unión con los británicos, franceses y rusos, sin embargo, se sumando dos factores que fueron factores importantes para la entrada del Imperio Otomano en la “Gran Guerra”, la primera de ellas, fue el temor a Rusia, su enemigo tradicional, y el segundo factor fue el desdén del Imperio Británico (García, 2014).

Durante el conflicto, el interés principal del Imperio Otomano fue la frontera con Rusia en el Cáucaso, siendo Armenia, la zona principal del conflicto, provocando así un genocidio armenio, por manos otomanas. Al respecto, los otomanos distrajeron tropas de otros frentes, sobre todo de Palestina, para recuperar zonas que los rusos previamente habían ganado. Por tal razón, las tropas británicas (hindúes, australianos y neozelandeses) destruyen las ofensivas otomanas en la región del Éufrates y Tigris (García, 2014).

Gran Bretaña realizó una gran actividad política militar al enviar agentes, como Lawrence de Arabia, que mezclaron ayuda militar y económica con estímulos políticos, lo que motivo el levantamiento de los pueblos árabes en contra del Imperio Otomano (Georgeon, 2014).

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano fue derrotado, por lo que se firmó el tratado de Sèvres en 1920, obligando su retiro de la región árabe, en donde la presencia franco británica establecieron los siguientes mandatos (Martínez, 2006):

  • En los mandatos británicos, se organizaron como monarquías árabes y evolucionaron hacia una autonomía controla, Irak adquirió su independencia en 1930.
  • Transjordania creada como Emirato en 1923.
  • El Imperio Británico se quedó con la administración directa de Palestina, derivado del conflicto entre los árabes y los judíos.
  • Los mandatos franceses se organizaron como repúblicas, Siria y Líbano aceptando una autonomía controlada en 1936.

Esta situación dominó hasta los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, con el respaldo de Reino Unido, cuando se formó la Liga de Estados Árabes, formada por estados considerados independientes como Egipto, Irak, Arabia Saudita, Siria, Jordania, el Líbano y Yemen (McHugo, 2015).

Estos estados libres que buscaban la unión árabe, en apariencia, se encontraban desunidos y poco preparados para el mayor problema que se enfrentarían, la creación del estado israelí (McHugo, 2015).

Bibliografía

Antaki, M. S. (2016). Pensar Medio Oriente. CDMX: Taurus.

Antaki., I. (1989). La cultura de los árabes. CDMX: Siglo XXI editores.

Buendia, P. (Enero de 2014). Los 99 nombre de Alá. Algarabía., 98-100.

García, V. (29 de 01 de 2014). ABC. Obtenido de http://www.abc.es/cultura/20140127/abci-guerra-mundial-imperio-otomano-201401241636.html

Georgeon, F. (2014). El Imperio Otomano y Europa en el siglo XIX. Cuenta y razón.

Islam, M. (06 de 08 de 2018). Mundo Islam. Obtenido de https://mundoislam.com/islam/2018/08/06/piedra-negra-kaaba/

Kobeh, M. d. (1986). Islam. Sociedad y Política. CDMX: UNAM.

Martínez, J. (Marzo de 2006). Libreria del Mundo Árabe. Obtenido de http://www.libreria-mundoarabe.com/Boletines/n%BA36%20Mar.06/Alif%20Nun%2036.html

McHugo, J. (2015). Una breve historia de los árabes. Madrid, España: Turner Noema.

Report, J. (28 de 05 de 2019). La vanguardia. Obtenido de https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20190527/462507039914/islam-cinco-pilares-fe-oracion-caridad-ayuno.html

Ros, L. (11 de 10 de 2019). La vanguardia. Obtenido de https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20191009/47884240147/meca-ciudad-santa-islam.html

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